lunes, 29 de agosto de 2011

Macarons au chocolat



Menuda odisea. Si antes estaba segura de que este pequeño bocado parisino no dejaba indiferente a nadie ahora, tras haberlos hecho por primera vez, hago aún más hincapié. Había oído que son muy laboriosos, y que cada paso de su preparación es irreemplazable, pero hasta que no te pones no lo crees. Pequeñitos, sí, pero matones.




La primera vez que los probé fue hace ya algunos años en una pequeña patisserie de París de cuyo nombre no puedo acordarme en la rue Lèpic, un pequeño local anónimo impregnado en un olor a vainilla y a hojaldre cocido que desarmonizaba con el bullicio exterior de las boucheries y los regateadores. La mujer que me atendía era menuda y morena, y de un aspecto tan frágil que por un instante pensé que los macarons que había pedido no alcanzarían a mis manos.




Con mucho esfuerzo logré comprenderla y ella a mí, y quedé tan sorprendida por el precio que a punto estuve de descambiar ese pequeño botón achocolatado por una pieza de hojaldre con forma de enveloppe. A día de hoy agradezco mi falta de decisión para volver atrás, de lo contrario me hubiese perdido ese primer bocado mágico condensado en poco más de 3 cm.


Tengo que confesar que no me salieron a la primera. Tuve que desperdiciar una buena cantidad de harina de almendra con lo carisima que es además de percatarme de que si los horneaba enpapel sulfurizado se deformaban debido al aire interior del horno que se introducía entre suspliegues.. por no mencionar que me dispuse a hacerlos desafiando el tiempo obligatorio de reposode 45 minutos para que se les forme esa especie de 'pie' aireado en su base que los hace tanpeculiares. ¿Resultado? Unas galletas deformes y crujientes que nada tenían que ver con mis ansiados macarons.



Me entró la neura y poco faltó para abandonar la misión. La paciencia no es mi fuerte, pero me jode muchísimo que algo se me resista. Así que me senté tranquilamente a recopilar la información necesaria. Supongo que el video de Christophe Morel de donde tomé la receta explica detalladamente cada paso y sus porqués, pero su acento y su rapidez me impiden enterarme de la película.


Una vez que le pillas el truco son bien fáciles de hacer, pero ante todo reconocer que es trabajo de chinos y que ahora comprendo el por qué de su elevado precio...





Pero si realmente se desea visitar el paraíso de los macarons entonces estamos hablando de Ladurée.. cuenta la leyenda que su receta supera a la del mismísimo Pierre Hermé. Me quedé con las ganas de acercarme a verlos este año, pero estuve muy pocos días en París y el poco tiempo que estuve esta vez me centré en Montmartre, donde con una compañía de nativos inmejorables conocí realmente París la nuit. Creo que fue la noche más bonita de mi vida..




Mucho más lejos de evocar señoritas refinadas, avenidas interminables o tiendas distinguidas, cuando pienso en esta ciudad lo que realmente se me antoja es formar parte de su vida bohemia, tan ajena al acontecer mundano. Si dejo volar la imaginación fantaseo viéndome con ropas baratas, con aires de escritora fracasada, tomando té en algún salón a cuya salida me espera un perro delgaducho y poco aseado, despilfarrando el dinero en caridad y en barras, siendo amiga de algún músico callejero y de algún mendigo o incluso abandonada al torbellino de la vida galante.. en fin, en definitiva creo que daría rienda suelta a mi vena extravagante. Soñar es gratis, ¿no?




Macarons


  • 125 de harina de almendras
  • 225 de glas
  • 3,5 claras de huevo
  • 20 de cacao en polvo

1) En un bol mezcla la harina, el cacao, 100gr de azúcar y reserva.

2) Haz un merengue francés con las claras y los 25 gr de azúcar restantes incorporándolos a mitad del montaje junto con una cucharadita de té de zumo de limón. Una vez hecho incorporar el contenido del bol en forma de lluvia y remover hasta que tenga un aspecto brillante.

3) Verter la mezcla en una manga pastelera con boquilla redonda y sobre el silpat, placa de silicona o papel sulfurizado formar los macarons de apenas 2,5 cm presionando levemente y dejando espacio entre ellos. Si se tiene molde de macarons, mejor aún, ya que nos aseguramos
de que tengan el mismo diámetro. Una vez formados dejar reposar a temperatura ambiente para que se endurezca la capa exterior y se forma el pie durante la cocción. Hornear a 180º de 12 a 15 minutos aproximadamente.






Podéis rellenarlo de lo que queráis, bien sea mermelada, crema pastelera o cualquier ganaché. En este caso, he utilizado una ganaché básica de chocolate.


  • 100 de chocolate en gotas al 70% de cacao
  • 125 de nata
  • 35 de mantequilla en dados y en pomada

1) Llevar la nata a ebullición y verter sobre un bol donde estarán lasgotas de chocolate. Esperar un par de minutos para que ablanden, remover y dar un toque con la batidorapara asegurar un aspecto liso y brillante.

2) Cuando temple incorporar la mantequilla en dados para texturizar la crema.

3) Verter sobre una manga pastelera sin boquilla (con una leve apert
ura es suficiente) y rellenar los macarons.



viernes, 12 de agosto de 2011

Banana bread



LIBROS 'de LUZ' vs. CONCIENCIA

Leído y comprobado. Por mucho que se lea a Bucay o a Punset que nos ayudan a desdramatizar la intensidad de las emociones te das cuenta de que, luego, cuando cierras el libro, te quitas las gafas y apagas esa lamparita de luz tenue que tanto te está jodiendo la vista, no es suficiente.




Te dispones a dormir triunfante pensando y filtrando toda esa verdad subyacente que exhiben los libros de autoayuda y que, teóricamente está muy bien, pero que tan ardua y espinosa es luego de llevar a la práctica. A no ser que a uno le suceda como a Osho, quien reconoció públicamente la fecha exacta en la que alcanzó la iluminación... desde el día en que leí eso, desconfío bastante del género de la autoayuda.






El mundo va demasiado mal para que haya tantos autores iluminados capaces de escribir infinidad de libros certeros.






Detesto todo el marketing que se aprovecha de las personas con un estado de debilidad del alma. Hay centenares de ellos malísimos con unas motivaciones surrealistas que no hacen sino frustrar aún más a quien los lee: pueden ser un estímulo o una palanca. Todo ésto sin ánimo de generalizar, porsupuesto.




Buscando información sobre esto, me encontrécon un artículo escrito por Luis Aparicio Sanz que vino a recapacitar con bastante profundidad, conocimiento y retórica. En él, ataca abiertamente tanto a lectores compulsivos en busca de fórmulas racionales para alcanzar la FELICIDAD como a los 'terapeutas' creadores de recetas hambrientos de éxito de ventas que se aprovechan, ademas de la ingenuidad y el desconocimiento de los lectores, de la debilidad emocional (transitoria o no) que les impulsa a consumirlos. Esto explica

que haya títulos que abrumen, como 'Carisma', 'La familia feliz', 'Autoestima en 10 dias', 'Cómo dejar de fumar', 'El secreto para superar el abuso verbal', 'Lograr un cuerpo perfecto'... si te das una vuelta por la sesión de autoayuda de cualquier librería puedes pasar un buen rato de risa, y eso sí que es terapia! :)






¡Oiga! Que me he pasado la vida tropezando y yo sin saber que existen fórmulas mágicas..


Supongo que no todos son inútiles. De hecho, he leído varios que son auténticas joyas, precisamente, por no desvariar demasiado proponiendo metas inalcanzables. Sabiendo siempre que tienen un tope de utilidad y que no te resuelven la vida, uno puede leer casi todo lo que llegue a nuestras manos, pero no seré yo quien pierda el tiempo en literatura imberbe.. a no ser que quiera reírme un rato.





"NADIE TIENE MÁS POSIBILIDADES DE CAER EN UN ENGAÑO QUE AQUÉL PARA QUIEN LA MENTIRA SE AJUSTA A SUS DESEOS"







¿Existe algo más terapéutico que algo de azúcar en cualquiera de sus formas deshaciéndose en la boca?

..Il n'ya rien de plus heureux que le sucre!



Hace un año tenía un enganche tremendo a la serie de 'Mujeres desesperadas'. Se me ocurrió hacer el pan de plátano a raíz de que la perfecta Bree Van de Kamp elaborara un delicioso 'banana bread' para dar la bienvenida a un vecino se mudaba a Wisteria Lane. Una de las veces, destapó el paño donde lo envolvía y tal vez por un impulso hormonal premenstrual quedé fascinada por el aspecto. Pero una vez que la marea roja bajó, se me pasó. Pero la espinita quedó ahí. ¿Y qué hacer con unos plátanos maduros que llevan días en la nevera? Pues eso. En principio pensaba que el color oscuro era porque se utilizaba algún tipo de harina integral, pero por lo visto la tonalidad se debe a la fruta oxidada. Está delicioso, y además aguanta muchos días perfectamente jugoso.




  • ....Receta....
  • 170 de harina tamizada
  • 3,45 de sal
  • 2,3 de bicarbonato
  • 1,15 de levadura
  • 75 de mantequilla a punto de pomada
  • 133 de azúcar
  • 2 huevos
  • 200 gr de puré de plátanos maduros
  • Nueces (al gusto)
  • Chocolate, trozos (al gusto)
  • Canela (opcional)
  • Nuez moscada (opcional)
  • Esencia de vainilla (opcional)
  • ..............................................................................................................................................................................
  • ...........................................................................................................................................................................
  • ELABORACIÓN:
  • 1) En un bol mezclar los polvos: harina, sal, bicarbonato y levadura. Reservar.
  • 2) Pomar la mantequilla con el azúcar y añadir los huevos de uno en uno. Incorporar a la mezcla anterior y añadir el puré de plátano junto con las nueces y el chocolate.
  • 3) Llevar al horno por 50 min a 180º aprox. Sacar, esperar que enfríe y sacar.



jueves, 4 de agosto de 2011

Mousse de chocolate



Continúo con la actualización del blog, y con esta receta me desprendo de tres creaciones distintas que, como decía en la entrada anterior, vengo arrastrando desde Navidad. Se trata de la mousse de chocolate que aprendí a hacer en la Escuela de Hostelería y que, sin duda, es la mejor que he probado. Es laboriosa, pero merece la pena ensuciar toda la cocina. Ahora la hago con mucha más destreza, pero recuerdo que la primera vez que la hice en casa me quise morir...literalmente. No estaba segura si había tomado nota bien de la receta y mucho menos aún del procedimiento... y el resultado fue desastroso: claras pegadas por el suelo, nata montada hasta en la campana y delantal para tirarlo de tanto chocolate..


Estas versiones individuales las hice en moldes de muffins de silicona que, después de haber sido congelados, son muy fáciles de desmoldar.



También fue el relleno del tronco que hice para Navidad, como interior de un enrollado genovés de chocolate.



Y varias veces más en un par de tartas para ocasiones especiales y por encargo, que aún estoy esperando que me paguen, por cierto...






Esta mousse está compuesta de nata montada, chocolate, pasta bomba, merengue italiano y gelatina para asegurar la consistencia. Los pasos se hacen en este orden y se van incorporando unos ingredientes a otros en el orden inverso.

Ingredientes

  • 375 de nata
  • 200 de chocolate al 62%
  • 60 de yemas
  • Almíbar de 121º con 95 de azúcar y 30 de agua para la pasta bomba
  • 100 de claras
  • Almíbar de 121º con 50 de azúcar y 20 de agua para merengue italiano
  • 12 gr de gelatina

  • En primer lugar hidratar la gelatina en abundante agua con hielo y reservar.
  • Semimontar la nata y reservar en frío.
  • Fundir el chocolate en intervalos de 20'' en el microondas para que no se queme. Reservar a temperatura ambiente.
  • Montar las yemas hasta que blanqueen y doblen su volumen y montar las claras también. A la misma vez los almíbares deben estar ya en el fuego para incorporar rápidamente cada uno donde corresponde. La gelatina la diluimos en una pequeña parte del almíbar de las claras.
  • Incorporar la pasta bomba al merengue italiano, seguidamente el chocolate fundido y por último la nata semimontada. Mezclar, rellenar los moldes que se deseen y al congelador. Esta mousse gana mucho si se congela y si es de un día para otro, mejor. Las medidas son para un molde de 20cm y un par de individuales de moldes de muffins de silicona.